Publicado en la bitácora de Arcadi Espada, el 25 de octubre.
"Se publican más de tres mil transcripciones de conversaciones entre periodistas y Henry Kissinger. Parece que alguien se sorprende de que los periodistas fueran privadamente tan amables con Kissinger, mientras era uno de los miembros más poderosos del gobierno. Es el tema del libro de Janet Malcolm, El periodista y el asesino. El que está condensado en su célebre primera frase “Todo periodista que no sea tan estúpido o engreído como para no ver la realidad sabe que lo que hace es moralmente indefendible”. Por supuesto que la amabilidad con la fuente es pura hipocresía. Por supuesto que la explotación de la vanidad de la fuente es una de las estrategias de trabajo principales. Pero, por supuesto que la fuente sabe todo eso, Malcolm. Y una prueba es que Kissinger mandara hacer todas esas transcripciones".
No hay comentarios:
Publicar un comentario