jueves, enero 25, 2007

El último reportero

"Para ser periodista hay que ser antes buena persona". Nos ha dejado un magnífico periodista y un excelente ser humano. A los 73 años se le apagó el corazón. Ese corazón que le permitió reflejar como nadie, en sus crónicas, reportajes y libros, las injusticias y las miserias que encontraba a su alrededor.

Se nos ha marchado el último gran reportero. Un referente para quienes todavía aman este oficio. Dicen quienes le conocieron que era una persona humilde, comprometida con la verdad, valores poco frecuentes en buena parte del ¿periodismo? actual.

El mejor homenaje que le podemos hacer es aplicar sus enseñanzas a nuestro quehacer diario y leer su obra: El emperador (1978), El Sha (1978), El Imperio (1994), Ébano (1998), Lapidarium ( cinco tomos: 1990-2001), La guerra del fútbol (1992), Los cínicos no sirven para este oficio (2003), Un día más con vida (2003), El mundo de hoy (2004), Los cinco sentidos del periodista (2005, edición no venal) y Viajes con Herodoto (2006).

Aquí dejo algunas de sus reflexiones:

"El comportamiento del reportero tiene que ser sencillo, sincero y humilde. La gente es muy susceptible ante la arrogancia. Nuestro interlocutor es primero un ser humano, no es nuestro tema, es alguien que tiene su propio mundo".

"Inspiración, entusiasmo, es un fuego que con el tiempo se apaga. Si no estamos preparados para ese momento nos podemos perder. Hay que prepararse para ese momento ya. Leer, leer, leer. Interesarse".

"Para entender algo hay que entrar en otra cultura. Nunca es posible al cien por cien, pero hay que intentarlo. Para captar esa otredad hay que estar abierto, dispuesto".

"A nuestro oficio entra gente que ya es cínica de por sí, gente que entra por motivos de dinero, de carrera, que no tiene nada que ver con nuestra vocación. Nuestra profesión nos hace cada vez más sensibles y vulnerables".

1 comentario:

luzafer dijo...

Conocí a Kapuscinski durante una conferencia que dio en Friburgo en 1983. Estaba al lado de John B. Sebastian, con quien había ido a ver "Tarántulas en las caléndulas", una película iraní en versión original subtitulada en alemán... Bueno, guiños al blogger aparte, lo cierto es que la muerte de Kapuscinski supone realmente una gran pérdida para el periodismo. Una de las cosas que más fascina de sus obras es cómo se fija en esos pequeños detalles, que para los demás pasan desapercibidos, pero que ejemplifican ante los lectores una situación o un acontecimiento mejor de lo que pudieran hacerlo varias páginas de estadísticas y de referencias. Eso demuestra su gran capacidad de observación y análisis. Termino con una frase de esa obra que debería ser de lectura obligatoria para el gremio, "Los cínicos no sirven para este oficio": "El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodismo".