lunes, agosto 30, 2010

Lo mismo de siempre

Una de tantas entrevistas a profesionales de fuste que hablan sobre los males del periodismo. Reflexiones certeras y denuncias justificadas que reflejan el hastío por un oficio que agoniza. El problema es que todo queda en el aire y luego se difumina. ¿Quién coge el guante? ¿Quién pone de su parte para tratar de arreglar tanto desaguisado? ¿Beneficia a alguien esta situación? Sí rotundo a la tercera pregunta. Destaco algunos pasajes de la entrevista a Ángels Barceló , publicada hoy por Cinco Días:

"Nuestra profesión está en franca decadencia (...) Hay precariedad laboral, con lo cual hay redacciones formadas básicamente por becarios, sin experiencia, sin background, sin currículum, que son los que cubren las ruedas de prensa".

"Debería ser una profesión tan bien pagada como la del ingeniero o el arquitecto, por poner un ejemplo".

"Creo que hemos agachado las orejas y hacemos lo que nos dicen que hagamos".

2 comentarios:

Gerardo dijo...

Lo primero, enhorabuena por lanzarte de nuevo a escribir. Y en cuanto al post, solo decir que como ex-alumno tuyo y amigo de muchos de esos becarios, puedo decir que el problema empieza en los medios, pero en parte en la facultad. Yo lo siento por todos los que quieren entrar en la carrera, pero con casi 800 alumnos por curso, y solo en la Complutense, lo que estamos haciendo es dar armas a los medios para seguir pagando lo mismo. "Si no lo haces tu, ya lo hara otro. Como sois muchos." Así que empecemos por reducir el acceso y veremos que pasa. Queremos calidad, no cantidad.

Manuel dijo...

Creo que tu propuesta sería una buena opción, aunque muchos la tacharían de restrictiva. Hay que exigir responsabilidad a las facultades, la misma que deben mostrar los medios en el trato que ofrecen a los becarios. Los jóvenes periodistas deben completar su formación académica con la experiencia profesional y eso no debe entenderse exclusivamente en términos mercantiles o de rentabilidad. En cualquier caso, los becarios son siempre la parte más vulnerable y casi nadie defiende sus intereses. Gracias por tu comentario, Gerardo.