“Doy gracias a Dios todos los días por tener trabajo y por
ejercer el periodismo en un razonable espacio de libertad”. Esta frase se
escuchó en la presentación del Libro
negro del periodismo en España, del catedrático Bernardo Díaz Nosty, y
refleja el estado vital de una profesión que agoniza.
Sí, ahora parece milagroso que un periodista encuentre
trabajo y que pueda desarrollar con honestidad una profesión que, según la
autora de la frase del comienzo, “ha sufrido una mutación genética que ha
acabado con la objetividad, la neutralidad y el respeto a los hechos”.
La presentación del mencionado libro, que tuvo lugar en la Asociación de la Prensa de Madrid, parecía
un funeral: libro negro, intercesiones divinas para lograr un empleo,
precariedad laboral, servidumbres al poder político, nulo espíritu crítico, pérdida
de credibilidad… Todo esto salió a relucir en un acto que destilaba pesimismo
por los cuatro costados y que giró en torno al pulso vital de una profesión que, para muchos,
está herida de muerte y ya no tiene remedio.
El libro, que apenas tiene cien páginas y cuenta con un
impagable ramillete de ilustraciones de El Roto, trata de la grave crisis del
periodismo en España, del alto índice de precarización y paro existentes en la
profesión y de la burbuja académica, que para nada tiene en cuenta el desfase
entre las nuevas hornadas de titulados y las necesidades del mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario