martes, junio 27, 2006

Periodismo de butaca

Rodolfo Serrano, redactor de El País durante 25 años y autor del libro Un oficio de fracasados (Editorial Almuzara), declaraba hace poco en una entrevista, al ser preguntado sobre si la profesión ha cambiado mucho desde 1975, que el periodista "cada vez pisa menos la calle" y se hace "periodismo de butaca y teléfono".

Pues bien, un reciente informe titulado Periodistas, empresas e instituciones. Claves de una relación necesaria da la razón al padre del cantautor Ismael Serrano, al señalar que los periodistas pasan la mayor parte del tiempo en la redacción, sentados frente al ordenador o hablando por teléfono.

El estudio, basado en entrevistas a redactores jefe y jefes de sección de medios de comunicación de toda España, pone de relieve que el 38,7% de los encuestados pasan la mayor parte de su tiempo delante del monitor y el 22,9% hablando por teléfono. Sólo el 17,3% tiene como ocupación principal las entrevistas personales con sus fuentes y el 14% la actividad en la calle, en ruedas de prensa. Conclusión: el periodista (los redactores jefe y los responsables de sección, para ser más exactos) cada vez tienen menos contacto con la calle y sus relaciones de trabajo las mantienen a través del teléfono o del ordenador.

El periodista debe contar historias, hablar con los protagonistas de esas historias y exponer sus testimonios. Y para eso lo mejor es patearse la calle, conocer a fondo a los personajes y darse un baño de realidad. Los periodistas cada vez salen menos a la calle. Se han vuelto cómodos y sedentarios, posiblemente porque los responsables de los medios lo han querido así, pero esos hábitos son nocivos para la profesión. Todo lo hacemos por teléfono y a distancia. No hay mucho contacto directo con las fuentes y el trasero se nos está pegando a la silla.

El mencionado informe dedica también un apartado interesante a los comunicados de prensa. Concluye que los informadores se quejan de que las notas no están redactadas con mentalidad periodística, son muy publicitarias, no incluyen suficiente información y tienen mucha paja. Completamente de acuerdo, salvo honrosas y contadas excepciones.

El estudio se puede consultar aquí

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